miércoles, junio 27, 2007

 

Síndrome de Alienación Parental: «los que sufren son los hijos» tras las separaciones conyugales


MADRID, 22/06/2007 (ABC/ACPress.net)

El Síndrome de Alienación Parental (SAP) es el resultado de un lavado de cerebro que hace un progenitor contra el otro, y en la que el niño contribuye al ser manipulado. El objetivo es destruir el vínculo afectivo del niño con la ex pareja como venganza por la separación. Las edades entre seis y doce años son las más susceptibles. Cuando crecen se vuelven contra el progenitor manipulador, al darse cuenta de haber sido utilizados para hacer daño al otro.

Independientemente del sexo, los chavales con edades comprendidas entre los seis y doce años son los más susceptibles de sufrir el Síndrome de Alienación Parental (SAP), un término relativamente novedoso que aún no se recoge en los manuales de diagnóstico, y que fue propuesto por el psicólogo americano Richard Gardner en 1985 para referirse a la alteración que surge en las relaciones paterno-filiales tras las separaciones conyugales altamente conflictivas.

El motivo de que pueda afectar más en esta franja de edad es que los niños aún no han adquirido su propio juicio moral, y aceptan las opiniones de los adultos con los que conviven sin cuestionarlas.

MIEDO E INSEGURIDAD
A esto hay que añadir que los niños pueden sentir miedo e inseguridad después de la separación, y pensar que si uno de sus padres se ha ido, ahora que están con el otro, si no hace lo que le pide puede abandonarle también.


MALTRATO PSICOLÓGICO
Asunción Tejedor, coordinadora de Psicología Jurídica del Colegio Oficial de Psicólogos del Principado de Asturias y autora del libro "El síndrome de alienación parental: una forma de maltrato", señala que muchos niños que han sufrido este tipo de maltrato psicológico, cuando crecen se vuelven contra el progenitor que ha inducido las manipulaciones, porque se dan cuenta de que han sido utilizados para hacer daño al otro.


Para Tejedor el SAP es el resultado de una lavado de cerebro que hace un progenitor contra el otro y en la que el niño va a contribuir en cierta medida con sus propias aportaciones. Aunque en un principio la fobia se centra en el progenitor que no tiene la custodia, pronto se extiende al resto de la familia de éste. El objetivo es destruir el vínculo afectivo del niño con la ex pareja como venganza por la separación.

Tejedor resalta que esta manipulación es un maltrato hacia los hijos. Aparte de que los progenitores sufren mucho, los que pagan realmente las consecuencias son los hijos.

MEDIACIÓN FAMILIAR
No es una cuestión de sexo, sino que se produce tanto en varones como en mujeres. Aunque si estadísticamente se da más en mujeres es porque hasta ahora es mayor el porcentaje que ejerce la custodia de los hijos frente a los varones.


Algunos expertos son partidarios de resolver estas separaciones conflictivas vía mediación familiar, en un contexto de actuación psicológico y judicial, para dar una transformación del proceso conflictivo.

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